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    Clasificación
    Pintura de caballete. Religiosa

    Cronología
    1781 - 1783

    Dimensiones
    480 x 300 cm

    Técnica y Soporte
    Óleo sobre lienzo

    Reconocimiento de la autoría de Goya
    Obra documentada


    Titular
    Patronato de la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén (Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación)

    Ubicación
    Real Basílica de San Francisco el Grande, Madrid, España

     

    Historial

    El 20 de julio de 1781 Goya y otros pintores de la Corte recibieron del conde de Floridablanca el encargo de llevar a cabo la decoración de la basílica de San Francisco el Grande.
    El encargo supuso una gran alegría para Goya, quien se encontraba entonces en un estado anímico muy bajo tras los problemas acaecidos con sus cuñados en Zaragoza. En carta a su inseparable Zapater del 14 de julio de 1781 se puede leer esa célebre frase que dice: "en acordarme de Zaragoza y pintura me quemo vivo". Así, su inclusión entre el elenco de participantes para la decoración de la iglesia, y entre ellos la ausencia de su cuñado Ramón, le llenaron de gozo.
    Los pintores fueron, además de Goya, Francisco Bayeu, Andrés de la Calleja, José del Castillo, Mariano Salvador Maella, Gregorio Ferro y Antonio González Velázquez. Seguramente la recomendación que Juan Martín de Goicoechea hizo al conde de Floridablanca acerca de Goya y su trabajo tuvo mucho que ver en este asunto.
    En el verano de 1781 Goya trabajó en los bocetos, y en septiembre ya tenía el borrón definitivo.
    A Goya le correspondió la tercera capilla del lado de la Epístola y no se le especificó el tema con exactitud. El 22 de septiembre se dirige al conde para informarle del asunto elegido por él y remitirle el primer borrón. El 23 de diciembre de ese mismo recibió la aprobación real del boceto y cobró 6.000 reales, como también lo hicieron José del Castillo y Gregorio Ferro, es decir, los tres artistas que no estaban a sueldo del rey.
    El 11 de enero de 1783 todas las obras ya colgaban cubiertas sobre sus respectivos altares, pero aún sin terminar ya que en octubre de 1784 el pintor anunciaba a Zapater que estaba dando los últimos retoques.
    El 25 de abril de 1785 Goya, Ferro y Castillo solicitaron una compensación económica al conde de Floridablanca por el esfuerzo y tiempo invertidos en sus respectivas obras. Antonio Ponz apoyó la solicitud de los artistas y así, el 21 de junio de 1785 el conde autorizó el pago de 4.000 reales más a cada pintor, aunque añadiendo: "los cuadros no han sido gran cosa, bien que los de éstos son los menos malos".
    La obra de Goya sigue hoy en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid. Además se conocen tres bocetos de la misma.

     

    Análisis artístico

    La escena muestra el milagro que se produce durante la predicación del santo ante Alfonso V de Aragón y su corte, cuando una estrella descendió del cielo para posarse sobre la cabeza del franciscano. Se inspiró para la composición en la Predicación de San Francisco Regis de Michel-Ange Houasse (Museo Nacional del Prado, Madrid) para el retablo de la iglesia del noviciado de la Compañía de Jesús. Respecto a la presencia del rey Alfonso se debe hacer una aclaración. En la carta de Goya dirigida al conde de Floridablanca el 22 de septiembre, en la que le informa del asunto elegido por él mismo para la pintura, menciona a Renato Rey de Sicilia, es más, el cuadro figuraba bajo el título de San Bernardino de Siena predicando ante Renato Rey de Sicilia. Durante las predicaciones del santo en Nápoles este soberano se disputaba las tierras con Alfonso V, de quien descendía Carlos III, también nacido en Nápoles. Goya debió de ser informado de esto y sustituyó a Renato por Alfonso.
    Según Mayer esta obra es una fusión entre el retrato conmemorativo y de género religioso de historia. De hecho, Goya aparece autorretratado a la derecha, entre la multitud, en una imagen que repite el autorretrato del Museo de Agen, Francia. La obra presenta algunos anacronismos, por ejemplo en el vestuario. Goya prescindió de ciertos recursos barrocos que parecían obligados en este tipo de obras, como el rompimiento de gloria. El pintor prefirió componer una escena plagada de detalles academicistas: composición piramidal, diversos planos, grupos humanos y discreto empleo del paisaje, tal y como apunta Lafuente.

     

    Exposiciones
    Madrid, Francisco de Goya…, 1961, cat. LXXI (no fue expuesto)

     

    Bibliografía y páginas web selectas
    Desparmet, L’œuvre…, 1928-1950, p. 116, cat. 65
    Lafuente Ferrari, ''Sobre el cuadro de San Francisco…'', 1946, pp. 307-337
    Gassier, Wilson, Vie et œuvre…, 1970, pp. 55, 77, 92, cat. 184
    Gudiol, Goya…, 1970, vol. I, p. 256, cat. 138
    Angelis, L’opera…, 1974, p. 97, cat. 122
    Camón Aznar, Francisco de Goya…, 1980-1982, vol. I, pp. 165, 166 y p. 281 (il.), vol. II, p. 17 (il.)
    Mena, Wilson-Bareau, Goya. El capricho…, 1993, pp. 134-137, 347-349

     

    Obras asociadas
    Predicación de San Bernardino de Siena (boceto 1)
    Predicación de San Bernardino de Siena (boceto 2)
    Predicación de San Bernardino de Siena (boceto 3 o reducción)

     

    Fecha de realización de la ficha
    12-01-2010
    Fecha última revisión
    22-11-2011
     

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