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Clasificación
Historial
Cuando en 1785 el arquitecto Ventura Rodríguez informaba sobre la amenaza de ruina del retablo mayor barroco de la capilla de los padres capuchinos de San Antonio del Prado de Madrid, la Casa de Medinaceli decidió realizar uno nuevo respondiendo al nuevo gusto clasicista. El arquitecto Sabatini se encargó de la mazonería del retablo, mientras que Goya fue el responsable del cuadro de altar. El 8 de diciembre de ese mismo año se consagró la nueva capilla y el retablo, descubriéndose la pintura de Goya en un solemne acto.
Al destruirse el templo en 1890 el cuadro pasó a la duquesa viuda de Medinaceli, y después por herencia a su hijo, el duque de Osuna, y por descendencia a su propietario actual.
Análisis artístico
Es esta una de las obras más interesantes del catálogo religioso goyesco. El lienzo tiene la parte superior en curva para adaptarse al retablo y conseguir el efecto de elevación hacia la bóveda de la capilla. El claroscuro da una enorme sensación de espaciosidad. Los dos protagonistas de la escena se elevan sobre un basamento que obliga a mirarlos desde abajo. El punto de vista también es bajo lo que contribuye decididamente a monumentalizar las figuras. Sin duda se intuye en esta obra la vocación de fresquista de techos que Goya sentía, de marcado aire tiepolesco.
A pesar del colosalismo, los rostros de las figuras son muy delicados, de facciones clasicistas y aspecto dulce y aporcelanado. María se arrodilla y acepta humildemente su destino mientras el arcángel Gabriel se impone en toda su grandiosidad, trayendo el mensaje celestial. En contraste con la esmerada factura de las caras encontramos los plegados, realizados de manera esquemática y con aire incluso primitivista, moderno. Adelantado a su tiempo es también el fondo de la composición, de ricos empastes, o el tratamiento sintetizador que apreciamos en las alas del arcángel y en las gradas.
Como queriendo dejar constancia de su conocimiento sobre el tema, Goya ha sustituido el tradicional libro que solía sujetar María por un rollo ("megil-lah") alusivo a la cualidad hebraica del Antiguo Testamento y al pasaje de Isaías que profetiza el nacimiento del Mesías de una virgen. No faltan los lirios de pureza ni el cestillo de labor de María, elementos añadidos para la obra definitiva respondiendo, seguramente, a las exigencias del duque, de gustos tradicionales.
Desde las alturas se ciernen haces de luz que, acompañando al Espíritu Santo, bañan a las dos figuras.
Es aquí donde se han producido más variaciones respecto al boceto que de esta obra se conserva en el Museum of Fine Arts, Boston. La parte superior donde Goya había representado en su primera idea a Dios Padre enviando al Espírtu se ha eliminado, dando al óleo un aspecto más íntimo y menos sobrenatural, sin perder el misticismo y la religiosidad que el asunto merece.
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