Fundación Goya en Aragón

Es boceto para el cuadro El prendimiento de la sacristía de la catedral de Toledo.
En 1867 pertenecía a la colección de don Luis Rotondo, de Madrid, y luego pasó a la de los condes de Sobradiel. Por herencia, lo tuvo después doña Rosa Cavero, hasta su adquisición por el Museo Nacional del Prado, en 1966.

Este boceto parece más bien una primera idea y es probable que existiera un boceto definitivo más acabado, ya que está realizado de una manera muy simplificada. A pesar de eso se advierte la intención que Goya quería darle a la luz en el lienzo para la catedral, y la importancia que tiene al iluminar a Cristo y dejar en media penumbra a las otras figuras.
La ejecución del boceto es frenética, a base de fuertes e impulsivas pinceladas que le dan un aspecto muy dinámico. No hay variaciones esenciales en la composición, incluso mantiene el espacio libre que deja sobre las cabezas de los hombres. Lo que más se diferencia entre la primera idea y el lienzo definitivo es el colorido, mucho más vivo en el primero, resaltando el amarillo del hombre de la derecha.