La Verdad, el Tiempo y la Historia (boceto)
Clasificación
Historial
Es el estudio abocetado de un tema que alcanzaría su desarrollo en otro cuadro de gran formato: La Verdad, el Tiempo y la Historia. Fue regalado por Goya a Juan Carnicero, de Madrid. Hacia 1875 pasó a pertenecer a Alejandro de Coupigny, en Madrid. En 1918, Ralph W. Curtis lo compró para Horatio Greenough Curtis, con colección en Boston. Lo heredó su mujer y el 21 de julio de 1927 lo donó al Museum of Fine Arts de Boston.
Análisis artístico
La composición, dominada por tonalidades ocres y rasgos muy abocetados, presenta numerosas variaciones con respecto a la pintura de gran formato. Al mismo tiempo se advierten varios arrepentimientos, por lo que se deduce que Goya no tenía aún las ideas claras cuando acometió esta obra. Si bien lo esencial de la composición se mantendrá en la versión final, algunos de los cambios son tan significativos que incluso han provocado confusión a la hora de interpretar el asunto representado. Lo más probable es que Goya retomara esta composición a la hora de realizar el cuadro de La Verdad, el Tiempo y la Historia, e introdujera los cambios que consideró oportunos.
Vemos tres figuras. La alegoría del Tiempo, alada y portadora de un reloj de arena, tiene el rostro de una apacible bestia que mira receloso a los seres amenazantes volando sobre su cabeza. Se notan algunos arrepentimientos en esta zona, de hecho, la cabeza de Cronos será la de un hombre barbado en el gran formato, y los tenebrosos murciélagos y lechuzas desaparecerán. Él mismo parece estar flotando por la posición de sus piernas a ras de suelo, mientras salva del peligro a una muchacha a la que trae de la mano. Se le ha identificado como la Verdad por aparecer desnuda. Su rostro ha sufrido repintes en alguna restauración, y quizá haya sido modificada en exceso la mano de Goya. En la obra definitiva aparecerá en su lugar una mujer vestida de blanco, con un cetro y un pequeño libro en las manos, aquí ausentes. Son visibles las pinceladas alrededor de su cuerpo que revelan la presencia de una túnica u otro tipo de vestimenta, uno más de los arrepentimientos en este boceto. La tercera figura se identifica con la alegoría de la Historia. Sentada de espaldas al espectador sobre un trozo de columna, gira la cabeza hacia atrás mientras sostiene un gran libro. También ella está desnuda, y en la pintura definitiva se cubrirá tan solo de cintura para abajo con una tela verde.
El Tiempo saca de la oscuridad a la Verdad y la Historia lo presencia, es lo que aquí parece estar representado. Pero los notables cambios del lienzo final, que ha provocado distintas interpretaciones, llevan a Juliet Wilson a preguntarse qué era lo que Goya quiso representar en este boceto e incluso plantea la posibilidad de que no sea en realidad el boceto de esa obra definitiva sino uno independiente cuya versión final no llegara a pintarse, o un asunto de brujas, dadas las similitudes que encuentra con la obra El conjuro. Desde el punto de vista estilístico y temático se encuentra también muy próximo a Los Caprichos. Especialmente hay que ponerlo en relación con un dibujo de tema análogo que está muy familiarizado con los dibujos preparatorios para esa serie de grabados.
Técnicamente, los efectos lumínicos que Goya quiso dar a este misterioso boceto se han perdido, así como los empastes de la pincelada, irremediablemente sometidos a una restauración excesivamente agresiva.
Exposiciones
Bibliografía y páginas web selectas
Conservación-restauraciones
Obras asociadas
Fecha de realización de la ficha
Copyright © Fundación Goya en Aragón
Mapa Web –
– Desarrollo del proyecto – Dirección de Arte - Aviso Legal
Museo de Zaragoza. Plaza de los Sitios, 6. 50001 Zaragoza Tel.: (0034)976 484 547.