Fundación Goya en Aragón

Esta obra forma parte de la serie de diez cartones para tapices de temática campestre destinados a decorar el comedor de los Príncipes de Asturias en el Palacio del Pardo. Junto a este cartón Goya entregó otros tres de la serie: Los jugadores de naipes, y Niños inflando una vejiga, Muchachos cogiendo fruta. Fueron realizados entre el 12 de agosto de 1777, fecha de la anterior entrega de cartones a la Real Fábrica, y el 26 de enero de 1778, fecha de esta entrega.
Hacia 1856 ó 1857 este cartón se trasladó de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara al Palacio Real de Madrid. En 1870 ingresó en el Museo del Prado por órdenes del 18 de enero y 9 de febrero.

El tapiz de este cartón ocupaba la parte central de la pared norte del comedor.
La composición de esta obra responde al esquema piramidal recomendado por Mengs, un modelo que Goya había empleado con acierto en otras dos piezas de esta serie y que seguiría practicando en adelante. Se trata de un primer plano con figuras formando una construcción piramidal, un segundo plano intermedio con figuras semiocultas por un montículo y un paisaje de fondo como ocurre en la pareja de sobrepuertas El quitasol y El bebedor.
Las figuras en esta escena de esparcimiento muestran un humanismo que se va definiendo como uno de los rasgos goyescos. Cuatro majos vuelan una cometa, otro fuma un cigarrillo sentado y otras personas observan el juego mientras un hombre solo tiene ojos para una muchacha.
Se ha querido identificar el lugar como el cerrillo del Rastro, y la construcción cupulada que aparece al fondo como San Francisco el Grande -obra del arquitecto Francesco Sabatini- cuando estaba en construcción, sin embargo esto no es posible ya que en otro cartón de esta serie, El baile a orillas del Manzanares, entregado el 3 de marzo de 1777, Goya retrató el edificio ya concluido.
Por otra parte, se ha señalado esta arquitectura como el observatorio cuya construcción se discutía por entonces en la Corte de Carlos III. La idea del observatorio fortalece además la interpretación que Tomlinson otorga a este cartón, relacionándolo con la iconografía de vanitas y la futilidad del saber humano. La cometa, símbolo de experimentos científicos, está directamente vinculada con este significado.