Fundación Goya en Aragón

Se ha sugerido que esta obra fuese realizada como posible pendant de una réplica de Las viejas o El tiempo.
La obra fue vendida en París en 1867, cuando pertenecía a la colección del marqués de Salamanca. Fue después propiedad del infante don Sebastián de Borbón y Braganza. Pasó a su hijo el duque de Marchena, siendo adquirido en 1905 por Durand Ruel, con colección en París. Pasó después a la colección Havemeyer, en nueva York, para ingresar definitivamente en el Museo Metropolitano de Nueva York en 1930.

Esta obra es una segunda versión homónima de la que se encuentra en una colección privada de Suiza. Ambas composiciones son iguales aunque también son evidentes las diferencias entre ellas. La que nos ocupa, de dimensiones algo mayores, no se corta por la izquierda como sí lo hace la otra, que no parece haber sido nunca recortada. La mujer de la izquierda en esta pintura tiene el rostro despejado, mientras que en la otra se cubre en parte por la mantilla negra, de manera muy sugerente. Además, el abanico lo lleva aquí la de la derecha, cuando era al contrario en el otro lienzo.
La ejecución de esta obra, de dibujo preciso y esmerado, la hace menos atractiva que la versión de la colección suiza, lo que resulta muy evidente en la factura del encaje de las mantillas, cuya transparencia es aquí de peor calidad, o no está tan sutilmente conseguida.
No todos los estudiosos de Goya aceptan esta versión como autógrafa de Goya.
Existe una tercera versión, atribuida por Desparmet Fitz-Gerald a Leonardo Alenza, procedente de la colección de Serafín de la Huerta. Pasó a ser propiedad del marqués de Salamanca, de nuevo, y fue vendida en la segunda venta parisina que realizó este propietario, en 1875. Fue a parar a la colección de Pierre Bordeaux Groult, en París.