Fundación Goya en Aragón

Esta obra forma parte de la serie de trece cartones cuyos tapices resultantes estaban destinados a decorar el antedormitorio de los Príncipes de Asturias en el Palacio del Pardo.
El 2 de octubre de 1777 se le entregó a Goya el listado con las medidas de los tapices para dicha estancia, junto con las de los tapices que decorarían el dormitorio y que fueron ejecutados primero. La temática de una y otra habitación es la misma: los tipos populares de España, un tema que estaba muy de moda gracias a la publicación, en 1772, de Viage de España, escrito por Antonio Ponz, y que era del gusto de los ilustrados. El hecho de que se mantenga el asunto para el ante-dormitorio hace suponer que los siete cartones del dormitorio fueron del agrado de sus majestades, y efectivamente así lo confirma la carta que escribió Goya a Martín Zapater el 9 de enero de 1779.
El tapiz resultante de la obra que nos ocupa estaba pensada en un principio para decorar la pared norte del dormitorio (lugar que ocupó finalmente otro tapiz, El juego de pelota. Se entregó el 27 de abril de 1778, antes que cualquiera de las otras piezas de la serie. Al cabo de seis meses se devolvió el cartón a Goya por orden del arquitecto Francisco Sabatini, para que realizase algunas modificaciones, ya que resultaba muy complicado pasarlo al tapiz. En el tiempo que transcurrió entre la devolución y la entrega definitiva (cuya fecha ignoramos pero suponemos que fue después de la entrega de la de El juego de pelota en julio de 1779 y antes de marzo de 1780, cuando se suspende la realización de cartones en la Real Fábrica), decidieron cambiar la ubicación de este cartón al ante-dormitorio y Goya tuvo que reducir su anchura considerablemente.
Hacia 1856 ó 1857 este cartón se trasladó de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara al Palacio Real de Madrid. En 1870 ingresó en el Museo del Prado por órdenes del 18 de enero y 9 de febrero.

En la escena se ha representado la sociedad madrileña de su tiempo, con el personaje del ciego entonando coplas, una figura habitual en el Madrid dieciochesco, presidiendo la composición, y a su alrededor un extranjero o caballero, majos, vendedores, embozados, niños, etc. Vandergoten identifica el lugar como la plazuela de la Cebada de Madrid, seguramente porque la pintura le recuerda a la feria madrileña, celebrada en ese lugar, y porque el tema de la feria es el denominador común en esta serie de cartones.
La parte afectada por la modificación fue la izquierda, donde el grabado homónimo muestra un murciano tirando de unos bueyes, tal y como se lee en la descripción que Goya adjuntó cuando entregó la pintura primera. El cartón definitivo muestra un alto árbol de marcado carácter decorativo en ese lado, y a sus pies un pescador con su caña de espaldas, que resulta bastante menos apropiado que el motivo eliminado. Se reduce el número de figuras de la parte derecha y se modifica el fondo con las casas, aunque el grupo central de la escena se ha respetado.
De todas las figuras destaca el aguador negro, encorvado por el peso de su carga. Goya le dedicó unos dibujos que, desafortunadamente, se han perdido.
Este es el único caso que encontramos en los cartones para tapices de Goya en que el artista decidió acometer un grabado de la composición original, seguramente por haber quedado muy satisfecho del trabajo. Aunque la estampa no es una reproducción fiel sino una versión, nos ayuda a imaginar el aspecto que tenía el original. Algunos autores como Valeriano Bozal opinan que si nos fiamos del aguafuerte que Goya realizó como reflejo de su idea original, el resultado tras la variación es más feliz y realista.