Fundación Goya en Aragón

Un grupo de pinturas sobre tabla, cuya autenticidad goyesca ha sido puesta en duda por algunos estudiosos, es difícil de datar, ya que podrían haber sido realizadas durante los últimos años que estuvo Goya en Madrid o ya durante su exilio en Burdeos. Gudiol opina que pudieron ser ejecutadas durante las semanas que el pintor permaneció oculto en casa de José Duaso. El conjunto lo forman, además de la obra que nos ocupa, Ejecución de una bruja, El duelo, El herido, Bandidos matando a hombres y mujeres y Carnaval.
Cuatro de estas obras (las primeras) pertenecieron antiguamente a la colección Lafitte de Madrid antes de ingresar en la Pinacoteca de Munich. Las otras dos fueron a parar a otros lugares, que se especifican en sus fichas correspondientes.

Este conjunto de pequeñas pinturas sobre tabla recuerdan en su estilo a las Pinturas negras, y son además muy cercanas a algunos de los dibujos que conforman los álbumes C y F, datados precisamente en el periodo anterior a Burdeos y el exilio francés.
Una serie de figuras sentadas están rodeando a un personaje que está en pie y seguramente elevado sobre una silla. Ha sido identificado como un monje en oración y las mujeres que le acompañan serían fieles devotas que se cubren la cabeza con velos y adoptan también ellas una actitud de oración.
Las tonalidades que Goya ha empleado para esta enigmática escena son ocres y oscuras, cercanas efectivamente a las mencionadas Pinturas negras, y además la pincelada es densa, igual que en la serie de pinturas murales.