Clasificación
Análisis artístico
Un naufragio es una de las obras que Goya pintó durante su estancia en Cádiz, cuadros en los que dio rienda suelta a su creatividad, alejándose de las exigencias que representan las obras comisionadas.
La imagen muestra, en segundo plano, el casco de un barco que ha chocado contra las rocas debido a la tormenta que se aleja en forma de nubarrón negro. Ésta, a su paso, ha dejado varios heridos que se aferran a las rocas para sobrevivir. En el centro de la escena una mujer con el torso desnudo alza sus brazos e implora ayuda, como una moderna orante. El ser humano ocupa en esta obra un lugar absolutamente secundario, empequeñecido ante la imponente presencia de la naturaleza embravecida e incontenible.
Es probable que para la realización de estas figuras despojadas de sus vestiduras Goya se inspirase en obras de la Antigüedad, en los sarcófagos o en fuentes clásicas que habría visto en Madrid. Incluso se podría pensar que utilizase el dibujo de la página 31a del Cuaderno Italiano en el que Abel está siendo brutalmente asesinado por Caín en una postura que recuerda a la del cuerpo extendido sobre la roca de Un naufragio.
Pese a las pequeñas dimensiones de esta obra, el pintor aragonés ha sido capaz de condensar la intensidad del dolor y la desolación que produce una catástrofe. Desconocemos si se trata de un hecho que sucedió realmente y del que el pintor tuvo noticia o si bien ha afrontado el tema de una manera genérica que hace que los contenidos de esta escena sean extrapolables a cualquier otra catástrofe análoga.
Gracias a la divulgación de la teoría de lo Sublime de Edmund Burke (1757, Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y bello) se produjo durante el último tercio del siglo XVIII una interesante modificación en la manera de afrontar el tema de las catástrofes naturales en la pintura. A partir de la publicación del texto de Burke la catástrofe queda englobada en la categoría estética de lo sublime en cuanto hecho que sobrepasa nuestros sentidos y que genera en nosotros una mezcla de terror y fascinación. Es posible que Goya se fundamentase en la obra de Burke, que pudo conocer durante la estancia en casa de su amigo Sebastián Martínez, muy relacionado con el mundo cultural inglés, para realizar el cuadro.
Asimismo es probable que Goya, durante su estancia en Italia, pudiese haber visto algún cuadro de Claude Joseph Vernet (Aviñón, 1714- París, 1789), que dedicó buena parte de su carrera a la representación de naufragios.
Para más información ver Los cómicos ambulantes.
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