Clasificación
Historial
Esta obra y Caníbales contemplando restos humanos pertenecieron al pintor Jean François Gigoux (Besançon, 1806-1894), quien los legó al Musée des Beaux- Arts et d' Archéologie de Besançon.
Análisis artístico
En este cuadro un grupo integrado por tres caníbales está preparando los cuerpos de sus víctimas para comérselas. Uno de ellos introduce su mano en las entrañas de un cadáver mientras que otro se dispone a desollar el cuerpo de un hombre que está colgado. Ambos cadáveres han sido despojados de sus vestiduras, que están en el suelo.
Llama poderosamente la atención el tratamiento de la anatomía humana en esta escena; la desnudez de los cuerpos que serán devorados, privados de su dignidad, y la de las anatomías de los caníbales, alusiva a su primitivismo.
Es bastante probable que Goya hubiese conocido la historia de los dos los misioneros jesuitas, Jean de Brebeuf y Gabriel Lallemant, asesinados a manos de los indios iroqueses en Canadá en 1649 y víctimas de un posterior episodio de canibalismo. Ésto podría haber inspirado esta obra en que Goya recreó una escena de antropofagia apelando a su propia imaginación. De esta manera continúa la reflexión que inició en las obras pintadas en Cádiz en torno al año 1793 en las que comenzaba a explorar los lugares más recónditos, y en ocasiones vergonzosos, de la mente humana.
El pintor aragonés se aproxima en sus cuadros sobre el canibalismo a la parte más irracional del ser humano y preconiza con ello la reflexión que Théodore Géricault (Ruan, 1791- París, 1824) realizará a propósito de este mismo tema en su obra La balsa de la Medusa (1818, Musée du Louvre, París).
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