Fundación Goya en Aragón

Véase Las floreras.
Este cartón es una de las seis sobrepuertas que decoraron la pieza de conversación y que conocemos a través de la cuenta del carpintero Josef Serrano, fechada el 17 de noviembre de 1786 (véase El niño del carnero). José Luis Sancho opina, sin embargo, que no formaría parte de la serie de Las cuatro estaciones sino de las Escenas campestres del dormitorio de las Infantas, y en ese caso el tapiz colgaría en la pared sur.
Fue inventariado por Vicente López en 1834 con motivo de la testamentaría de Fernando VII y lo atribuyó a José del Castillo.
Hacia 1856 ó 1857 este cartón se trasladó de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara al Palacio de Oriente de Madrid, y en los sótanos del oficio de tapicería permaneció hasta que por órdenes del 18 de enero y 9 de febrero de 1870 ingresó en el Museo del Prado ese mismo año. Durante los sesenta primeros años la obra seguía con la atribución a José del Castillo, hasta que Valentín de Sambricio documentó la paternidad de Goya.

Dos niños vestidos a la moda están junto a dos perros de presa. Los animales llevan bozal y están sujetos por las correas mientras se paran para recibir las caricias de los muchachos. Al fondo, un paisaje donde se ven una sierra y una arboleda lejanas recorta las figuras que adquieren un tamaño monumental debido al punto de vista bajo empleado por Goya, sin duda pensando en la posición elevada del tapiz sobre la puerta.
Se ha supuesto, por sus medidas y las tonalidades, que esta obra flanquearía el paño principal de Las floreras junto con la sobrepuerta El niño del carnero . Sin embargo, no se entiende bien la conexión entre esta pieza y el tema de la primavera que representa Las floreras. Tomlinson, que además añade al tema de las estaciones la interpretación de las edades del hombre comparando estas obras con una estampa de Remondini, considera que los muchachos aquí representados simbolizarían los veinte años, sin embargo parecen más jóvenes que esa edad. Aunque sí podría encontrarse una relación con la primavera y los signos del zodíaco, del mismo modo que ocurre en El niño del carnero, interpretando los dos niños y los dos perros como una original representación de Géminis, es decir, el final de la estación primaveral.
En los inventarios el cartón ha sido denominado de formas distintas. El principal problema ha sido la correcta identificación de los perros. En un principio parecía haber solamente uno de la raza mastín, pero los animales llevan bozal, lo que les identifica como perros de presa y no mastines que son los encargados de cuidar el ganado. Así, hemos optado por poner como título principal el que obedece a esta observación.
José Galiay cita un boceto de esta obra en el discurso de contestación al ingreso en la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de José Sinués, y dice que estuvo expuesto en la muestra celebrada con motivo del bicentenario del nacimiento de Goya. Dicho boceto está en paradero desconocido.