Fundación Goya en Aragón

Esta pieza forma parte de la serie Las cuatro estaciones que Goya realizó para decorar la pieza de conversación del rey en el palacio de El Pardo. La serie fue acometida entre mayo de 1786, poco después del nombramiento de Goya como pintor real, y el final de 1787. Goya retoma con esta serie el trabajo de los cartones para tapices tras seis años transcurridos desde su última entrega, antes de la suspensión y la reapertura de la manufactura.
La pieza aparece sin autor en el inventario que hiciera Vicente López para la testamentaría de Fernando VII en 1834, pero no ingresó en el Museo del Prado con sus compañeros, por lo que debió perderse en fecha muy temprana.

Gracias al tapiz que se conserva podemos conocer el aspecto que tendría la sobrepuerta. Era de idénticas medidas que las de Gatos riñendo sobre una pared, con el que hacía pendant en la pared este, y tampoco se encuentra coincidencia con ninguna de las medidas de los bastidores especificadas en la cuenta de Josef Serrano, el carpintero.
Águeda opina que la composición es típica goyesca para las sobrepuertas e identifica las aves que aparecen como perdices, ya que responden al modo que tenía el artista de representarlas con manchas en el plumaje y volando bajo, tal y como se deduce por su distancia respecto al suelo.
Arnaiz prefiere no tomar postura sobre la autoría de Goya y señala que puede haber un posible boceto inventariado con el número 29 a la muerte de Josefa Bayeu y valorado en 25 reales.
Tomlison sí toma partido en la cuestión de la autoría y afirma que no cree que sea de Goya, puesto que la atribución de esta obra al artista vino dada por formar pareja aparentemente con Gatos riñendo sobre una pared.