Ni por esas
Clasificación
Goya (en el ángulo inferior izquierdo), 18 (en el ángulo inferior izquierdo).
Historial
Véase Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer.
Existen varias pruebas de estado de este grabado. En la primera de ellas Goya emplea la punta seca en la pierna izquierda de la mujer en primer plano y hace algunos retoques a buril en los pantalones del soldado de la izquierda. En la segunda prueba de estado aplica el lavis hasta los bordes de la plancha. En la tercera introduce el número de la plancha, 18. En la última graba el número 11, el definitivo, y se elimina el lavis de los bordes.
El título de la estampa fue manuscrito por Goya en la primera y única serie de la que tenemos conocimiento en el momento de su realización, que el pintor regaló a su amigo Agustín Ceán Bermúdez. De esta manera el título se grabó posteriormente en la plancha sin efectuar modificación alguna a partir del ejemplar de Ceán Bermúdez para la primera edición de Los desastres de la guerra tirada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1863.
Se conserva un dibujo preparatorio en el Museo Nacional de Prado de Madrid.
Análisis artístico
Bajo un puente, un soldado francés dispuesto de perfil sujeta por los brazos a una mujer de la que tira con fuerza. Junto a ella, en el suelo, un niño desnudo llora desamparado mientras que en segundo plano otra mujer está siendo objeto de una situación violenta al ser agredida por un soldado galo de espaldas al espectador. Al fondo, bajo la arcuación, podemos ver una iglesia que proporciona un contexto más claro con respecto a otros grabados de la serie. En el ángulo inferior derecho de la estampa Goya ha grabado una figura, parece un hombre, sentado en el suelo y encogido. Es probable que esté emparentado con alguna de las dos mujeres y que vaya a ser testigo de la escena de violación que, como cabe imaginar, sigue a esta captura.
Ni por esas continúa las circunstancias de violencia hacia las mujeres que Goya ha desplegado en los grabados nº 9, No quieren y nº 10, Tampoco. En ellos subraya su gallardía y su valor ya que se resisten con todas sus fuerzas a los ataques de los soldados franceses. No se trata de una narración, sino de tres hechos aislados de similar naturaleza vinculados por la analogía en los que no es posible imaginar un final feliz y en los que la fuerza bruta se impone inexorablemente.
La estampa que aquí nos ocupa es más oscura que otras de Los Desastres de la guerra. Goya alude claramente a que la escena está teniendo lugar en un espacio apartado en el que las mujeres no podrán ser socorridas. Este espacio está albergado por un arco que recuerda a la estructura arquitectónica su cuadro Interior de una prisión. En este contexto oscuro destacan por su claridad la casaca del soldado, las vestiduras de la mujer, el cuerpo del niño y el rostro de la figura femenina en segundo término.
La imagen de un niño que llora desconsoladamente, lejos del auxilio de su madre, ha sido representado también por Goya en el cuadro Escena de rapto y asesinato, en el que una mujer está siendo sujetada por los brazos por un bandido, de una manera parecida a como sucede en Ni por esas.
Otros grabados en los que Goya afronta el papel de las mujeres en la guerra son el nº 4, Las mugeres dan valor, nº 7, Que valor!, nº 9, No quieren, nº 13, Amarga presencia, nº 19, Ya no hay tiempo y nº 31, Fuerte cosa es.
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