Fundación Goya en Aragón

49 (en el ángulo inferior izquierdo).

Véase Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer.
El título de la estampa fue manuscrito por Goya en la primera y única serie de la que tenemos conocimiento en el momento de su realización, que el pintor regaló a su amigo Agustín Ceán Bermúdez. De esta manera el título se grabó posteriormente en la plancha sin efectuar modificación alguna a partir del ejemplar de Ceán Bermúdez para la primera edición de Los Desastres de la guerra tirada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1863.
No se conserva ningún dibujo preparatorio de esta estampa.

En medio de un paraje natural un hombre está siendo sometido a un cruenta tortura. Dos soldados franceses sujetan por las piernas a un español al que han hecho prisionero, mientras que la cabeza ha sido atada a un árbol con una cuerda. Ésta está tensa y rodea con dureza el cuello del prisionero que abre su boca al tiempo que cierra los ojos. Parece estar exhalando un grito de dolor y sus cabellos se han erizado ante el insoportable sufrimiento físico. Un soldado apoya su pie sobre la espalda del prisionero para asegurarse que la cuerda está suficientemente tensa como para procurarle la asfixia.
Esta imagen continúa la temática propuesta en el grabado anterior, el nº 31, Fuerte cosa es, en el que un soldado tira de los pies de un ahorcado para acelerar su muerte o para asegurarse de que éste ya ha fallecido. Se trata de escenas igualmente crueles en las que las torturas se ejecutan sin piedad alguna.
El título de este grabado propone una pregunta, Por qué?, cuál es el sentido y la razón de tanto sufrimiento. Una pregunta que se arrastra en el siguiente grabado ya que en el nº 33, Qué hai que hacer mas? Goya reitera su incapacidad para comprender, y concluye la pregunta en el grabado nº 35 en que admite que No se puede saber por qué.
La naturaleza es cómplice de esta tortura, el tronco de un árbol, que parece quemado y seco, es el lugar en el que está teniendo este atroz gesto de violencia.