Nada. Ello dirá
Clasificación
Historial
Véase Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer.
En la primera prueba de estado se ven toques de buril reforzando las calvas encima de la cabeza del cadáver.
El título de la estampa fue manuscrito por Goya en la primera y única serie de la que tenemos conocimiento en el momento de su realización, que el pintor regaló a su amigo Agustín Ceán Bermúdez. De esta manera el título se grabó posteriormente en la plancha sin efectuar modificación alguna a partir del ejemplar de Ceán Bermúdez para la primera edición de Los Desastres de la guerra tirada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1863.
En este caso el título anotado por Goya en la edición de Ceán era Nada. Ello dice... mientras que la Real Academia madrileña prefirió grabar en la plancha Nada. Ello dirá.
Se conserva un dibujo preparatorio en el Museo Nacional del Prado.
Análisis artístico
En primer plano un cadáver recostado se incorpora ligeramente para escribir en un papel la palabra Nada. Detrás, en un ambiente oscuro, se puede distinguir con cierta dificultad a un grupo de personajes de rostros un tanto caricaturescos que parecen máscaras. En el lado izquierdo de la estampa Goya ha grabado a una figura femenina que lee al tiempo que apoya un codo sobre una mesa y que en su otra mano sujeta una balanza, probablemente una alegoría de la Justicia. Ésta se percibe con claridad en la primera prueba de estado, aunque gradualmente Goya la va cubriendo con el granulado del aguatinta.
Son varias las interpretaciones que se han dado de esta estampa, quizá una de las que más literatura ha suscitado de toda la serie de Los Desastres de la guerra. Lo más probable es que esta imagen se refiera a la situación que España atravesó una vez que concluyó la Guerra de la Independencia. En realidad esta contienda fue lacerante y dolorosa para la población y, al mismo tiempo, absolutamente inútil puesto que una vez que concluyó se regresó al mismo punto del que se había partido, es decir, se reinstauró el Antiguo Régimen en la figura de Fernando VII.
Nigel Glendinning ha propuesto una relación entre esta estampa y la última lámina del Teatro Moral ilustrado por Otto van Veen (Leiden, 1556-Bruselas, 1629) puesto que estima que ambas son una meditación sobre la muerte y tienen en común la recurrencia al cadáver y a la balanza de la Justicia. Además cree que la corona que sostiene el cadáver en la mano podría ser una velada alusión a la monarquía.
Valeriano Bozal ha establecido un paralelismo entre Nada. Ello dirá con los grabados nº 66, Extraña devocion, nº 67, Esto no lo es menos y nº 68, Que locura! en los que el pintor critica abiertamente determinados aspectos de la Iglesia. Así la estampa nº 69 podría ser una referencia al culmen de este gran engaño construido por la Iglesia, la negación de una vida futura en la que se proyecta el creyente.
En gran medida se podría afirmar que esta obra continua la tradición pictórica barroca en la que se afrontaba el tema de Vanitas, sobre todo se podría vincular con algunos cuadros de Juan de Valdés Leal (Sevilla, 1622-Sevilla, 1690) como Finis Gloriae Mundi (1672, Hospital de la Santa Caridad, Sevilla). Goya debió tener ocasión de verlo durante su estancia en la ciudad hispalense en torno al año 1790, desde donde fue a Cádiz para transcurrir un periodo en compañía de su amigo el ilustrado Sebastián Martínez y Pérez (1747-1800) y en donde permaneció hasta 1793. De este cuadro, el pintor aragonés podría haber tomado la idea de la Justicia que en la obra de Valdés Leal es aludida mediante la representación de una balanza en el centro, así como el cadáver en descomposición o la corona.
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