Fundación Goya en Aragón

Muchachos al avío. (en la parte inferior) y 11. (en el ángulo superior derecho)

Véase Fran.co Goya y Lucientes, Pintor.
En la segunda prueba de estado se constata la aplicación del aguatinta adicional para dar sombra y modelar las figuras y el suelo. Esta prueba tiene manuscrito con perfecta caligrafía Muchachos al avío, aunque el punto de la "i" es equívoco ya que no se distingue bien si es un punto o un acento, de ahí la confusión del grabador de letra, pues se tiraron dos pruebas en las que la palabra "avío" no lleva acento.
Este grabado está precedido por el Sueño nº 3 y por un boceto realizado en el Álbum B o Álbum de Madrid.

Un grupo de cuatro hombres, uno de ellos de espaldas, está en el campo. Uno corta la punta de un cigarro con una navaja, otro compañero fuma, mientras el de la izquierda apaga una colilla en el suelo. Un árbol seco y algunos arbustos que se pueden ver en el lado izquierdo del grabado constituyen el paisaje en el que se hallan las cuatro figuras masculinas.
Goya ha empleado el aguatinta para la realización del fondo de la estampa para sugerir que la escena está teniendo lugar de noche. Realiza con la técnica del aguafuerte a los personajes que protagonizan el grabado dejando áreas limpias relativamente grandes en las vestiduras de los dos hombres que se hallan en primer término y que capturan nuestra atención.
En el manuscrito de Ayala se dice que "los contrabandistas andaluces, cerca de un camino, pasan pronto a ser bandidos". En el del Museo Nacional del Prado se explica esta imagen apuntando que "las caras y el traje están diciendo lo que ellos son". Asimismo, el manuscrito de la Biblioteca Nacional comenta que "los contrabandistas en acecho de cuantos pasan, cerca de un camino, poco se diferencian de los ladrones".
Esta obra, en la que Goya podría estar haciendo una crítica de los bandidos o quizá sobre el contrabando del tabaco, ha de ser relacionada con uno de los primeros cartones para tapices que el pintor llevó a cabo, el titulado El resguardo de tabacos.
El contrabando de tabaco fue bastante habitual en aquel periodo, tal y como recuerda Joseph Townsend (Clare Hall, 1739-1816), que estuvo en nuestro país entre los años 1786 y 1787 (A Journey Through Spain in the Years 1786 and 1787). Según el inglés, el gobierno había incrementado ostensiblemente el precio del tabaco de 30 a 40 reales, lo que favoreció el tráfico ilegal de este producto.
Otros especialistas han interpretado esta imagen como una referencia a los servidores del fisco, es decir, a los guardas del Resguardo de Tabacos que intentaban evitar el contrabando y proteger los ingresos de la Hacienda.
Los protagonistas de este grabado han de relacionarse con los bandidos que vivían en la sierra andaluza que son descritos por William Jacob en 1810 (Travels in the South of Spain). Además es posible que Goya conociese los grabados que Antonio Alegre realizó a partir de los dibujos de Antonio Rodríguez, Colección general de trages que en la actualidad se usan en España en 1801. En concreto debió observar con atención la imagen del contrabandista, cuyas vestiduras se parecen de manera evidente a los hombres del grabado goyesco.