Fundación Goya en Aragón

El Vergonzoso. (en la parte inferior) y 54. (en el ángulo superior derecho)

Véase Fran.co Goya y Lucientes, Pintor.
Se conserva una prueba de estado en la que aparece el título manuscrito con buena caligrafía. Asimismo, también ha llegado hasta nosotros un dibujo preparatorio para esta estampa.

Un hombre de enorme nariz, pobladas cejas, boca grande y sin barbilla, lleva sobre su cabeza unos calzones. Está comiendo con una cuchara de un cuenco que sostiene otro personaje de cara deforme. Al fondo aparece un hombre de rostro enajenado y los puños cerrados que viste camisón y gorro de dormir.
Goya ha empleado el aguatinta en casi toda la superficie del grabado, mientras que con el aguafuerte ha realizado a los personajes y ha trabajado intensamente las vestiduras del que come con una cuchara. Ha reservado una zona blanca bajo el plato que podría aludir a la sopa que se ha caído. No existen referencias espaciales que nos indiquen dónde se encuentran estos tres personajes o que aporten algo de información para la interpretación de la escena.
Se trata de una estampa de cierta complejidad para la que los manuscritos conservados no proporcionan pautas de interpretación demasiado claras. El del Museo Nacional del Prado y el de Ayala dan la misma explicación: "Hay hombres cuya cara es lo más indecente de todo su cuerpo y sería bien que, los que tienen las desgraciadas y ridículas, se las metieran en calzones". El manuscrito de la Biblioteca Nacional nos dice lo siguiente sobre este grabado: "Los hombres de grandes narices suelen ser también de gran birote y gordas gandumbas. Como suelen dar en sodomías, se representa éste con calzones por gorro, descubriendo sus vergüenzas por la trampa, y en el acto de echarse sobre un pobre diablo y remangarse la faldamenta".
Este grabado ha de relacionarse con algunas obras en las que Goya se ha ocupado de la locura o de la enajenación mental, como Corral de locos. La postura absorta del personaje que se encuentra en segundo plano nos hace pensar que podría ser una escena que está teniendo lugar en el interior de un manicomio. El pintor aragonés se interrogará en varias ocasiones por lo que sucede en los abismos de la mente del ser humano, sobre lo irracional y lo incontrolable, temas que de forma excepcional habían sido abordados por los artistas hasta aquel momento.