Fundación Goya en Aragón

Madrid Febrero 1819 (bajo la mancha).
Goya (zona inferior central).

La introducción de la litografía en España se debe a la iniciativa de José María Cardano, quien el 16 de marzo de 1819 inauguró el primer taller litográfico madrileño llamado La Litografía de Madrid, también conocido como Establecimiento Litográfico de Madrid, dependiente del Depósito Hidrográfico de la Secretaría de Marina, organismo que había sido creado en 1770 y estaba establecido en Madrid desde 1789 en el número 4 de la calle Hortaleza, en la llamada Casa de la Platina, con el propósito de almacenar la cartografía elaborada como resultado de las expediciones de los navegantes, aunque posteriormente se ocupó de la gestión y tratamiento de cartas, mapas, planos, estampas, etc... estando en activo hasta 1825. Aunque Goya pudo tener conocimiento de la técnica litográfica a través de Bartolomé Sureda, no la practicó hasta comienzos de 1819 con la colaboración de Cardano, con quien trabajó hasta la marcha de este al extranjero en julio de 1822. Esta obra constituye su primer ensayo litográfico, la primera litografía fechada en España y también la primera estampa del conjunto de al menos diez que Goya realizó en España antes de su viaje a Burdeos, formado por Duelo a la antigua usanza, Escena infernal, Monje, Expresivo doble fuerza, La violación, La lectura, Toro acosado por perros, Suerte de vara en el campo y El sueño.
De esta litografía se conocen cuatro pruebas: colección Javier Salas, Biblioteca Nacional de Madrid, British Museum de Londres y colección Bloch.

La obra, sencilla y de fácil resolución por su carácter lineal, presenta a una anciana sentada en un taburete sobre un fondo blanco neutro sin sombras. Extiende su brazo derecho del que cuelga el huso para extender el hilo. Su cabeza está cubierta con un pañuelo y viste falda y sobrefalda. Goya utiliza aquí un tipo humano que repetirá en sus últimos dibujos, del mismo modo que el tema de la vejez se vuelve recurrente en sus últimos años de vida.
En las zonas más oscuras y de trazos superpuestos aparecen algunas zonas emborronadas.
Las litografías realizadas en Madrid no son de gran calidad y han de considerarse ensayos, a pesar de los excelentes dibujos preparatorios, pues ni Goya ni Cardano dominaban todavía la técnica, y además se utilizaba un papel inadecuado. Por esta razón, algunas de estas estampas tuvieron que ser retocadas con lápiz o tinta, y las tiradas son muy cortas, incluso pruebas únicas en algunos casos.